viernes, 27 de marzo de 2009

Marx, Moisés y los Paganos en la Ciudad Secular.


por Tomislav Sunic

Con la conversión del Emperador Romano Constantino al Cristianismo, el periodo de la Europa pagana llegaría a su fin. Durante el próximo milenio el continente europeo seria sometido a la influencia del Evangelio -- a veces por la persuasión pacifica, o frecuentemente por medio de la conversión forzada. Aquellos que previamente fueron oprimidos por Nerón, Diocletiano, o Caligula, no dudaron en aplicar la violencia "creativa" contra los paganos infieles. Aunque nominalmente la violencia estaba prohibida por los textos cristianos, fue usada contra aquellos que no pertenecían a la comunidad de los "hijos elegidos" de Dios. Durante el reinado de Constantino, la persecución contra los paganos tomo las proporciones de un modo análogo a aquellas con las que las viejas religiones habían perseguido anteriormente al nuevo culto, pero en un espíritu aun más feroz." Luego del edicto del año 346 A.C., seguido diez años después por el edicto de Milán, los templos paganos y el culto a las deidades paganas fueron estigmatizados como crimen máximo. La pena de muerte fue infligida en todos aquellos que fuesen encontrados participando en los antiguos sacrificios o rindiéndole culto a los "ídolos" paganos. "Con Teodosio, la administración se embarco en un esfuerzo sistemático por abolir las varias formas supervivientes del paganismo por medio de la desestabilización y la proscripción de los cultos supervivientes." (1) El periodo del oscurantismo había empezado.

La violencia cristiana y entre cristianos, ad majorem dei gloriam, no ceso hasta el comienzo del siglo dieciocho. Junto a las catedrales góticas de impresionante belleza, las autoridades cristianas construyeron hogueras que consumieron a miles de infelices anónimos. Vista en retrospectiva, la intolerancia cristiana contra los herejes, judíos y paganos puede ser comparada a la intolerancia bolchevique contra los enemigos de clase en Rusia y en Europa Oriental -- con la excepción de que se extendió por mucho mas tiempo. Durante la caída de la Roma imperial, el fanatismo cristiano hizo que el filosofo pagano Celso escribiese: "Ellos (los cristianos) no argumentan sobre lo que creen -- siempre responden 'No examines, sino cree" . . ."La obediencia, la oración, y la anulación del pensamiento critico son considerados por los cristianos como las herramientas mas útiles para lograr la salvación eterna. Celso describió a los cristianos como individuos con tendencia al sectarismo y a una forma primitiva de pensamiento, y que, además, demostraban un gran desdén hacia la vida.(2) Un tono similar contra los cristianos fue usado por Friedrich Nietzsche en el siglo diecinueve, que, en su estilo virulento, describió a los cristianos como individuos capaces de manifestar odio hacia si mismos y hacia los demás, es decir, "odio hacia aquellos que piensan diferente, y la voluntad de persecución contra ellos."(3) Indudablemente, los cristianos primitivos han debido creer que el final de los tiempos se acercaba, y por su optimismo histórico, así como también por su violencia contra los "infieles", probablemente merecen el nombre de Bolcheviques de la antigüedad.

Como ha sido sugerido por muchos autores, la desintegración del Imperio Romano no resulto de las invasiones barbaras, sino de "la ruina de Roma por la acción de las sectas cristianas, objetores de conciencia, enemigos del culto oficial, perseguidos, perseguidores, elementos delictivos de todas las clases, y el caos total." Paradójicamente, el Dios judío Yahvéh incluso experimentaría un destino siniestro: "él seria convertido, se volvería romano, cosmopolita, ecuménico, gentil, mundialista, y finalmente antisemita." (!)(4) No es sorprendente, que en los siglos posteriores, las iglesias cristianas en Europa tuvieron dificultades para reconciliar su vocación universalista con el particularismo étnico.

Residuos paganos en la ciudad secular

Aunque el Cristianismo removió gradualmente los últimos vestigios del politeísmo romano, también se presento como el heredero legitimo de Roma. De hecho, el Cristianismo no pudo cancelar enteramente al paganismo, heredo de Roma algunos aspectos que previamente había considerado anticristianos. Los cultos paganos oficiales fueron eliminados pero el espíritu pagano permaneció indomable, y por siglos reapareció en las formas mas asombrosas y en múltiples modos: durante el período de Renacimiento, durante el Romanticismo, antes de la Segunda Guerra Mundial, y hoy, cuando las iglesias cristianas reconocen que sus ovejas secularizadas están alejándose de sus "únicos" pastores. Finalmente, el folklore étnico parece representar un ejemplo notorio de supervivencia pagana, aunque en la ciudad secular ha sido reducido a una comodidad culinaria perecedera o a mera atracción turística. (5) Con el paso de los siglos, el folklore étnico ha sido sometido a transformaciones, adaptaciones, y a las demandas y circunstancias de su época, sin embargo, ha mantenido su arquetipo original de mito tribal fundador. Así como el paganismo siempre fue mas fuerte en los campos, así ha sucedido con el folklore que tradicionalmente fue protegido por las clases campesinas en Europa. A principio del siglo diecinueve, el folklore jugo un papel decisivo en la creación de la conciencias nacionales de los pueblos europeos, es decir, "en comunidades ansiosas de conocer sus propios orígenes y basadas a menudo en una historia reconstruida que real".(6)

El contenido pagano fue removido, pero la estructura pagana permaneció igual. Bajo el manto y el aura de los santos cristianos, el Cristianismo pronto creo su propio panteón de deidades. Es más, incluso el mensaje de Cristo adapto su significado especial según el lugar, la época histórica y el genius loci de cada pueblo europeo. En Portugal, el Catolicismo se manifiesta de forma diferente que en Mozambique; y los polacos rurales continúan venerando muchas de las antiguas deidades eslavas entretejidas cuidadosamente en la liturgia católica romana. A lo largo de la Europa contemporánea, la influencia de la fe politeísta es poderosa. La celebración de Yule (o Navidad "cristiana") representa el ejemplo mas famoso de la tenacidad de los residuos paganos.(7) Además, muchos antiguos templos paganos y sitios de culto fueron convertidos en lugares sagrados de la Iglesia Católica. Lourdes en Francia, Medjugorje en Croacia, ríos o montañas sagradas, ¿No señalan la presencia de la Europa pagana pre-cristiana? El culto de la diosa madre, alguna vez practicado intensamente por los Celtas, particularmente cerca de los ríos, aún puede ser observado hoy en Francia donde muchas pequeñas capillas están construidas cerca de las montañas y los ríos.(8) Y finalmente ¿Quien puede disputar que todos somos herederos de los griegos y latinos paganos? Pensadores, como Virgilio, Tacito, Heraclito son tan modernos hoy como lo eran durante los primeros tiempos de la civilización europea.

Paganos conservadores modernos

Hay evidencia sólida de que la sensibilidad pagana puede florecer en las ciencias sociales, en la literatura y las artes, no solo como una forma de narrativa exótica sino también como marco mental y herramienta de análisis. Numerosos nombres nos vienen a la mente cuando discutimos el retorno del politeísmo Indoeuropeo. En la primera mitad del siglo veinte, los pensadores paganos aparecieron usualmente entre aquellos que se denominaban "conservadores revolucionarios", "nihilistas aristocráticos", "elitistas" -- en resumen, todos aquellos que no deseaban sustituir a Marx con Jesús, sino que rechazaran a Marx y a Jesus.(9) Friedrich Nietzsche y Martin Heidegger en filosofía, Carl Gustav Jung en psicología, Georges Dumézil y Mircea Eliade en antropología, Vilfredo Pareto y Oswald Spengler en ciencia política, acompañados además por docenas de poetas como Ezra Pound o Charles Baudelaire -- esos son algunos de los nombres que pueden ser asociados con el legado del conservadurismo pagano. Todos esos individuos tenían en común la voluntad de superar el legado de la Europa cristiana, y todos ellos incluyeron en su bagaje espiritual el mundo de los Celtas, Eslavos, Germanos y Latinos pre-cristianos.

En una época que esta sobrecargada con el mensaje bíblico, muchos pensadores paganos modernos, por su critica al monoteísmo bíblico, han sido atacados y estigmatizados como ateos impenitentes o como portadores espirituales del fascismo. Particularmente, Nietzsche, Heidegger y en tiempos recientes, Alain de Benoist, han sido atacados por difundir presuntamente una filosofía que, para sus detractores contemporáneos, recuerda a los intentos nacionalsocialistas de "descristianizar" y "repaganizar" a Alemania. Esos parecen ataques sin base. Jean Markale observa que "el Nazismo y el Estalinismo, fueron en un en sentido, también religiones por los actos que realizaron. También fueron religiones en tanto que implicaban un cierto Evangelio, en el sentido etimológico de la palabra . . . El paganismo verdadero, al contrario, siempre esta orientado al reino de la sublimación. El paganismo no puede estar al servicio del poder temporal." (11) El paganismo parece mas bien una forma de sensibilidad que un credo político particular, y que con el agotamiento de Cristianismo, quizás pueda florecer de nuevo en Europa.

El paganismo contra el Desierto monoteísta

Dos mil años de monoteísmo judeocristiano han dejado su huella en la civilización Europea. En vista de esto, no debería ser sorprendente que la glorificación del paganismo, así como la critica de la Biblia y de la ética judeocristiana -- especialmente cuando vienen de la derecha política -- sean impopulares en la ciudad secular. Es suficiente con observar a la sociedad norteamericana donde los ataques a los principios judeocristianos son mirados frecuentemente con sospecha, y donde la Biblia y el mito bíblico del "pueblo elegido" de Dios aun juegan un papel significativo en el dogma constitucional norteamericano. (12) Aunque ahora la ciudad secular es indiferente a la teología judeocristiana, algunos principios morales que derivan de la ética judeocristiana tales como la "paz eterna", "el amor", y la "fraternidad universal", no han muerto y todavía muestran señales de vida. En la ciudad secular, muchos pensadores liberales y progresistas, pese a haber abandonado la creencia en la teología judeocristiana, no han abandonando la ética enseñada por la Biblia.

Sin importar lo que uno pueda pensar sobre la connotación obsoleta, peligrosa, o incluso derogatoria del termino "Paganismo europeo," es importante recalcar que esta connotación se debe principalmente a la influencia histórica y política del Cristianismo. Etimológicamente, paganismo esta relacionado con las creencias y rituales de las villas y campos europeos. Pero el paganismo, en su versión moderna, podría connotar también una cierta sensibilidad y una "forma de vida" que permanece irreconciliable con el monoteísmo judeocristiano. En algún grado los pueblos europeos continúan siendo "paganos" por su memoria nacional, sus raíces geográficas, y por, sobretodo, su pertenencia a comunidades étnicas -- que a menudo contienen alusiones a mitos antiguos, cuentos de hadas, y formas de folklore que incluyen temas pre-cristianos. Incluso el resurgimiento moderno del separatismo y el regionalismo en Europa aparece como un fruto de residuos paganos. Como observa Markale, "la dictadura de la ideología cristiana no ha silenciado esas antiguas costumbres, solo las ha suprimido", y ha sido uno de los proveedores principales de imperialismo, colonialismo, y racismo en el Tercer Mundo.(14)

En la moderna ciudad secular, la influencia milenaria y persuasiva del Cristianismo ha contribuido significativamente a la noción de que la glorificación del paganismo, o, la nostalgia del mundo grecorromano, es extraña o a lo mejor irreconciliable con la sociedad contemporánea. Sin embargo, recientemente, Thomas Molnar, un filosofo católico que parece simpatizar con el renacimiento cultural del paganismo, nota que los adherentes modernos del neopaganismo son mas ambiciosos que sus predecesores. Molnar escribe que el objetivo del resurgimiento pagano no es el retorno al culto de las antiguas deidades europeas; sino mas bien, expresa una necesidad de formar otra civilización, o, mejor aún, una versión modernizada del "Helenismo cientifico y cultural" que alguna vez fue una referencia común para todos los pueblos europeos. Y con simpatía hacia la sensibilidad politeísta de algunos conservadores paganos modernos, Molnar agrega: "El punto no es conquistar el planeta sino promover una ecumene para los pueblos y civilizaciones que han redescubierto sus orígenes. La idea es que la dominación de ideologías sin estado, notablemente las ideologías del Liberalismo norteamericano y del Marxismo soviético, llegara a su fin. Se cree en un paganismo rehabilitado con el objetivo de restaurar las identidades de los pueblos que existieron antes de la corrupción monoteísta." (15)

Tal punto de vista de parte de un Católico también puede verter alguna luz sobre la magnitud de la desilusión de los Cristianos en sus ciudades seculares. El mundo secularizado lleno de riqueza material no parece satisfacer las necesidades espirituales del Hombre. ¿De que otra manera se podría explicar el hecho de que miles de europeos y jovenzuelos norteamericanos prefieran buscar guía espiritual en los guríes indios que en sus propios sitios sagrados oscurecidos por el monoteísmo judeocristiano?

Los protagonistas contemporáneos del paganismo en tanto que ansiosos en refutar el mito del "anacronismo" pagano, y redefinir el paganismo europeo según el espíritu de los tiempos modernos, han presentado su significado en una forma mas atractiva y académica. Una de sus figuras mas conocidas, Alain de Benoist, resume el significado moderno del paganismo con las siguientes palabras:

"El neopaganismo no es un fenómeno de secta - como se lo imaginan, no sólo sus adversarios, sino también los grupos y capillas paganas, a veces bien intencionadas, a veces torpes, a menudo involuntariamente cómicas y perfectamente marginales ...[Lo que debe temerse hoy, no es tanto la desaparición del paganismo sino su resurgimiento bajo formas primitivas o pueriles, emparentadas con esa "segunda religiosidad que Spengler hacía una de las características mas notorias de las culturas en decadencia y que Julius Evola escribió "que correspondían generalmente a un fenómeno de evasión, alineación, compensación, confusión, sin ninguna repercusión seria en la realidad." (16)

El paganismo, como sinónimo de cultos y sectas bizarras, no es lo que los paganos modernos tienen en mente. Un siglo atrás, el filosofo pagano Friedrich Nietzsche ya había observado en El Anticristo que "cuando una nación se vuelve demasiado degenerada o desarraigada, acepta las varias formas de cultos orientales, y simultáneamente "cambia incluso su propio Dios" (979). Las palabras de Nietzsche suenan hoy mas proféticas que nunca. Las masas de la ciudad secular aquejadas por la decadencia y la banalidad rampantes, están buscando su evasión en los gurus indios o la ayuda de un conjunto de profetas orientales. Pero mas allá de esta parodia de la transcendencia, y del auto-odio europeo acompañado por la infatuación pueril con las mascotas Orientales, hay más que sólo un agotamiento transitorio del monoteísmo cristiano. Cuando los cultos modernos intentan descubrir un paganismo pervertido, lo hacen porque están buscando lo sagrado que fue eliminado por el discurso judeocristiano dominante.

Del desierto monoteísta a la antropología comunista

¿El monoteísmo ha introducido en Europa una "antropología" alógena responsable de la legitimación de la sociedad de masas igualitarista y del totalitarismo, como algunos paganos sugieren? Algunos autores parecen apoyar esta tesis, argumentando que las raíces de la tiranía no están en Atenas o en Esparta, sino que son trazables, mas bien, a Jerusalén. En un dialogo con Molnar, de Benoist sugiere que el monoteísmo mantiene la idea de que existe una sola verdad absoluta; es un sistema donde el enemigo es asociado con el Mal absoluto, donde el enemigo debe ser exterminado físicamente (Deuteronomio 13). En resumen, observa de Benoist, que el universalismo judeocristiano, hace dos mil años atrás, preparo el camino para la llegada de las aberraciones igualitarias modernas y sus variaciones secularizadas, entre las que se incluye el comunismo.

"Que han existido regímenes totalitarios "sin dios" es bastante obvio, por ejemplo, la Unión Soviética. Esos regímenes sin embargo, son los "herederos" del pensamiento cristiano en el sentido en que Carl Schmitt demostró que la mayoría de los principios políticos modernos son principios teológicos secularizados. Han traído a la tierra una estructura de exclusión; la policía del alma cede su lugar a la policía del Estado; las guerras ideológicas suceden a las guerras religiosas." (17)

Observaciones similares fueron hechas antes por el filosofo Louis Rougier y el politologo Wilfredo Pareto, que representaban la "vieja guardia" de pensadores paganos cuyas investigaciones filosóficas estuvieron dedicadas a la rehabilitación del politeísmo político europeo. Tanto Rougier como Pareto concordaban en que el Judaísmo y su forma pervertida, el Cristianismo, introdujeron en el marco conceptual europeo una forma extranjera de razonamiento que lleva al pensamiento deseoso del utopismo, y que se obsesiona por un futuro estático.(18) En forma similar a los marxistas modernos, la creencia cristiana en el igualitarismo espiritual hubo de tener un tremendo impacto en las masas empobrecidas de Norafrica y Roma, en tanto que prometía la igualdad para los "desdichados de la tierra," para los odium generis humani, y todos los proletarios del mundo. Rougier en un comentario sobre los proto-comunistas cristianos, remarca que el Cristianismo estuvo desde el principio bajo la influencia del dualismo iraní y de las visiones escatológicas de los Apocalipsis judíos. Según esto, los judíos, y luego, los cristianos adoptarían la creencia en que los buenos que actualmente sufren serian recompensados en el futuro. En la ciudad secular, el mismo tema aparece en las doctrinas marxistas modernas que prometen un paraíso secularizado. "Hay dos planos yuxtapuestos en el espacio," escribe Rougier, "uno gobernado por Dios y sus ángeles, el otro por Satan y Belial." Las consecuencias de esta visión dualista del mundo, han resultado, luego de un periodo de tiempo, en la proyección cristiana-marxista de sus enemigos como totalmente equivocados, a diferencia de la actitud cristiano-marxista que siempre es considerada correcta. Para Rougier, la intolerancia grecoromana jamas asumió esas proporciones totales y absolutas de la exclusión religiosa; la intolerancia hacia los cristianos, judíos y otras sectas fue esporádica, provocada por ciertas costumbres religiosas contrarias a la ley romana (tales como la circuncisión, sacrificios humanos, orgías sexuales y religiosas). (19)

Al separarse de sus raíces europeas politeístas, y aceptar el Cristianismo, los europeos gradualmente comenzaron a aceptar una cosmovisión que enfatizaba la igualdad de las almas, y la obligación de difundir la palabra de Dios a todos los pueblos, sin importar raza, credo, cultura o lenguaje (Pablo, Galatas 3: 28). En los siglos siguientes, este principio igualitario, entro primero, en forma secularizada en la conciencia del Hombre europeo, y luego, en la de la humanidad entera. Alain de Benoist escribe:

"Según el proceso clásico del desarrollo y de la degradación de los ciclos, el tema igualitario ha pasado, en nuestra cultura, del estadio de mito (igualdad ante Dios) al estadio de ideología (igualdad ante los hombres), luego al estadio de pretensión "científica" (afirmación del hecho igualitario): del cristianismo a la democracia liberal, luego al socialismo y al marxismo. El gran reproche que se le puede hacer al cristianismo es haber inaugurado el ciclo igualitario, introduciendo en el pensamiento europeo una antropología revolucionaria, con carácter universalista y totalitario".

(20)

Sostenemos que el monoteísmo Judeo-cristiano, en tanto que implica universalismo e igualitarismo, también produce un exclusivismo religioso que directamente emana de la creencia en una verdad indiscutible. La consecuencia de la creencia cristiana en la unidad teológica, es decir, que hay un solo Dios, y por consiguiente una sola verdad -- ha llevado naturalmente, a lo largo de los siglos, a la tentación de borrar o devaluar todas las otras verdades y valores. Cuando una secta proclama su religión como la llave a los enigmas del universo y si, además, esta secta tiene aspiraciones universales, la igualdad y la supresión de todas las diferencias humanas son aspectos que aparecen automáticamente. Así, la intolerancia cristiana a los "infieles" puede ser justificada siempre como una respuesta legitima contra aquellos que no reconocen la "verdad" de Yahvéh. Por ende, el concepto de la "falsa humildad" cristiana hacia otras confesiones, un concepto que es particularmente cierto respecto a la actitud cristiana hacia los judíos. Aunque son casi idénticos en su culto a un solo Dios, los cristianos nunca aceptaron el hecho de que ellos también veneran la misma deidad de aquellos a quienes condenaron en un primer momento como pueblo deicida. Es más, mientras que el Cristianismo siempre ha sido una religión universalista, accesible a todas las personas en el mundo, el Judaísmo ha permanecido como una religión étnica del pueblo judío. (21) Como apunta de Benoist, el Judaísmo sanciona su propio nacionalismo, a diferencia del nacionalismo de los cristianos que es constantemente negado por los principios universalistas cristianos. En vista de esto, el "antisemitismo cristiano", escribe de Benoist, "puede ser descrito con justicia como una neurosis." ¿Podría ser que la desaparición definitiva del antisemitismo, así como del virulento odio étnico, presupone primero el abandono de la creencia cristiana en el universalismo?

Concepto pagano de lo sagrado

A los críticos que argumentan que el politeísmo es una cosa de la mente prehistórica y primitiva incompatible con las sociedades modernas, podríamos responderles que el paganismo no es necesariamente "un retorno a un paraíso perdido" o una nostalgia por la restauración del orden grecorromano. Para los conservadores paganos, la lealtad al "paganismo" significa la reconciliación con los orígenes históricos de Europa, así como también revivir algunos aspectos sagrados de la vida que existieron en Europa antes del Cristianismo. Podríamos agregar, que respecto a la presunta superioridad o novedad del judeocristianismo frente al "anacronismo" del politeísmo indoeuropeo, las religiones judeocristianas, en términos de su novedad, no son menos pasadistas que las religiones paganas. Enfatizando este punto de Benoist escribe:

"Así como había ayer que ver el espectáculo grotesco de la denuncia de los "ídolos paganos" por misioneros cristianos enamorados de sus propios tótems, hoy es mucho mas cómico ver denunciar el "pasado" (indoeuropeo) por los que no dejan de elogiar la continuidad judeocristiana y de devolvernos al ejemplo de Abraham, Jacob, Isaac y otros Beduinos protohistóricos." (22)

Según algunos pensadores paganos, la racionalización judeocristiana del tiempo histórico ha impedido la valoración del pasado nacional propio y, al hacerlo, ha contribuido significativamente a la "desertificación" del mundo. En el ultimo siglo, Ernest Renán observo que el judaísmo no tiene noción de lo sagrado, porque "el espíritu del desierto es monoteista." (23) En un tono similar, Alain de Benoist en L'éclipse, citando a The Secular City de Harvey Cox, escribe que la perdida de lo sagrado, que es la causa del desencantamiento de la polis moderna hoy, ha resultado como consecuencia de la renuncia bíblica de la historia. Así, el desencantamiento de la naturaleza comenzó con la Creación; la desacralización de la política con el Éxodo; y la desconsecración de los valores con la Alianza del Sinaí, especialmente después de la interdicción de los ídolos (29). Continuando con análisis similares, Mircea Eliade, un autor influenciado por el mundo pagano, agrega que el resentimiento judaico de la "idolatría" pagana deriva del carácter ultra-racional de las leyes mosaicas que racionalizan todos los aspectos de la vida por medio de una infinidad de prescripciones, leyes e interdicciones:

"La desacralización de la Naturaleza, la devaluación de la actividad cultural, en resumen, el rechazo violento y total de la religión cósmica, y sobretodo la importancia decisiva que es conferida a la regeneración espiritual por medio del retorno definitivo de Yahvéh, fue la respuesta de los profetas a las crisis históricas que amenazaban a los dos reinos judíos." (24)

Algunos podrían objetar que el Catolicismo tuvo su propia forma de lo sagrado y que, a diferencia de algunas otras formas de judeocristianismo, desarrollo su propia transcendencia espiritual. Pero hay razones para pensar que el concepto católico de lo sagrado no emergió sui generis, sino como un fruto de la amalgama cristiana con el paganismo. Como de Benoist escribe, el Catolicismo debe su manifestación de lo sagrado (lugares sagrados, peregrinaciones, festividades de Navidad, y el panteón de santos) a la indomable sensibilidad pagana politeísta. Por consiguiente, parece que hoy el resurgimiento pagano no representa una religión normativa, en el sentido cristianismo de la palabra, sino un cierto equipamiento espiritual que esta en oposición a la religión de los judíos y los cristianos. Consecuentemente, como algunos pensadores paganos sugieren, la sustitución de la visión monoteísta del mundo por la cosmovisión politeísta no significaría solamente el "retorno de los dioses" sino también el retorno de la pluralidad de valores sociales.

El coraje, el honor personal y la auto-superación física y espiritual son citados a menudo como las virtudes mas importantes del paganismo. A diferencia del utopismo cristiano y marxista, el paganismo enfatiza el profundo sentido de lo trágico, lo trágico como es visto en las tragedias griegas -- que sostiene al hombre en su condición prometeica y que hace que su vida merezca la pena. (25) Es el sentido pagano de lo trágico lo que puede explicar el destino del Hombre, que para los antiguos indoeuropeos significo "la acción activa, el esfuerzo, y la superación personal. (26) Hans Günther resume este punto en las siguientes palabras:

"La religiosidad indoeuropea no esta basada en ningún tipo de miedo, ni en el temor de la deidad o de la muerte. Las palabras del poeta de los últimos idas, en las que se mantenía que el temor creo a los dioses (Statius, Thebais, 3:661: primus in orbe fecit deos timor), no pueden ser aplicadas a las formas verdaderas de la religiosidad indoeuropea, por dondequiera que esta se haya desarrollado libremente,(Proverbios, Salomon 9, 10; Salmo 11, 30) no ha sido demostrado que "el temor al Señor" haya sido el origen de la creencia ni de la sabiduría."(27)

Algunos han sugerido que las grandes civilizaciones son aquellas que han mostrado un fuerte sentido de lo trágico y que no temen a la muerte. (28) En el concepto pagano de lo tragico, el hombre es motivado a tomar la responsabilidad ante la historia porque solo el hombre es quien le da a la historia un significado. En un comentario sobre Nietzsche, Giorgio Locchi escribe, que, en la cosmogónia pagana, solo el hombre es considerado como el único forjador de su propio destino (faber suae fortunea), exento de determinismos bíblicos o históricos, "gracia divina", o mecanicismos económicos y materiales. (29) El paganismo propone una actitud heroica frente a la vida opuesta a la actitud cristiana de la culpa y el miedo a la vida. Sigrid Hunke escribe sobre la esencialización de la vida, en tanto que la vida y la muerte tienen la misma esencia y esta está siempre contenida en ambas. La vida, que es cualquier momento un enfrentamiento-a-la-muerte y con la muerte, hace permanente al futuro en cada instante, y la vida se hace eterna al adquirir una profundidad inescrutable, y asume el valor de la eternidad.

Para Hunke, junto a otros autores de sensibilidad pagana, para restaurar esas virtudes paganas en la ciudad secular el hombre debe en primer lugar abandonar la lógica dualista de la exclusión religiosa y social, "una lógica que ha sido responsable del extremismo no solo entre los individuos, sino también entre partidos y pueblos, y que, al difundirse desde Europa, se ha diseminado en el mundo una división dualista que ha adquirido proporciones planetarias." (30) Para lograr este ambicioso objetivo, el Hombre europeo debe repensar el significado de la historia.

El terror a la historia

Los paganos modernos nos recuerdan que el monoteísmo judeocristiano ha alterado sustancialmente la actitud del hombre hacia la historia. Por asignarle a la historia un objetivo especifico inherente, el judeocristianismo ha devaluado todos los eventos pasados, excepto aquellos que muestran la huella de Yahvéh. Indudablemente, Yahvéh admite que el hombre podría tener una historia, pero solo si está subordinada a un objetivo asignado y especifico. No obstante, si el hombre se adhiere a un concepto de la historia que exalta la memoria colectiva de su tribu o pueblo, él corre el riesgo de ofender a Yahvéh y provocar su enojo. Para judíos y cristianos pero también para los marxistas, la historicidad no es la esencia real del Hombre; la esencia verdadera del Hombre esta más allá de la historia. Observamos que el concepto judeocristiano del fin de la historia implícito en el Apocalipsis es en el que se inspiran las doctrinas igualitarias y pacifistas modernas, a menudo sin saberlo, siguen el proverbio bíblico: "Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará" (Isaías 11:6). De Benoist nota en L'éclipse que, a diferencia del concepto pagano de la historia que involucra la solidaridad orgánica y los lazos comunitarios, el concepto monoteísta de la historia crea divisiones. Así, Yahvéh debe prohibir las "relaciones" entre el presente y el pasado, entre el hombre y lo divino, entre el individuo y la comunidad, entre Israel y los gentiles (31). Los cristianos, por supuesto, rechazaran el exclusivismo judío -- como su proselitismo bimilenario ampliamente lo demuestra -- pero ellos también retedran su propia forma de exclusivismo ideológico contra los no creyentes musulmanes, paganos, ateos u otros "infieles."

Frente al dogma judeocristiano que afirma que el tiempo histórico comienza con la acción de un único padre divino, en el paganismo europeo no hay trazos del comienzo del tiempo; mas bien, el tiempo histórico es visto como un perpetuo comienzo, el "eterno retorno" que emana de padres múltiples y diferentes, sin principio ni final. En la cosmogonia pagana, como de Benoist escribe, el tiempo es no-lineal o esferico, en el cual el pasado, el presente y el futuro no son percibidos como segmentos del tiempo cósmico separados y opuestos entre si, o seguidos unos por otros en una línea que progresa. En cambio, el presente, el pasado, y el futuro son percibidos como dimensiones de la actualidad (L'éclipse 131). En la cosmogonia pagana, es imposible que un pueblo ocupe el centro de la historia, la historia es plural y cada pueblo tiene un devenir histórico diferente y contingente. Similarmente, así como es erróneo hablar de la existencia de una sola verdad, es igualmente equivocado mantener que la entera humanidad debe seguir la misma dirección histórica, como proponen el universalismo judeocristiano y su descendiente secular "la democracia universal."

El concepto judeocristiano de la historia sugiere que el flujo del tiempo histórico es rectilíneo, y por consiguiente, limitado por su significancia y significado. De aquí en adelante, para los judíos y los cristianos, la historia puede ser aprehendida solo como una totalidad gobernada por el sentido de una ultima finalidad y propósito histórico. La historia para los judíos y los cristianos aparece como un paréntesis, un episodio horrible o un "valle de lagrimas" temporal, que uno de estos días finalizara y será transcendido por el reino de los cielos.

Además, el monoteísmo judeocristiano excluye la posibilidad del retorno histórico o de un "nuevo comienzo"; la historia se desarrolla de una manera predeterminada diriguiendose hacia una última finalidad. En la moderna ciudad secular, la idea de la finalidad cristiana será transpuesta en el mito de la sociedad "sin clases" que aparecerá al fin de la historia o la sociedad consumista ahistórica antipolítica del liberalismo. De Benoist escribe lo siguiente:

"La legitimación por el futuro que sustituye a la legitimación por la tradición autoriza todos los desarraigos, todas las "emancipaciones" con respecto a la adhesión en su forma original. Este futuro utópico que sustituye al pasado mítico es siempre incidentalmente generador de decepciones, porque lo mejor de lo que promete debe ser constantemente pospuesto a un tiempo cada vez mas lejano. La temporalidad ya no es mas un elemento fundacional del despliegue del ser que intenta entender el juego de la temporalidad del mundo; cuando se sigue una finalidad se crea expectativa y no comunión. Someter al devenir histórico a un significado obligatorio significa, de hecho, desintegrar la historia en el reino de la objetividad, que reduce las opciones, las orientaciones y los proyectos." (155-56)

Solo el futuro puede permitirle a los judíos y a los cristianos "rectificar" el pasado. Solo el futuro asume el valor de redención. De aquí en adelante, el tiempo histórico para ya no es reversible para los judíos y los cristianos; desde ahora cada hecho histórico adquiere el significado dado por la providencia divina, del dedo de "Dios" o su teofania. En la ciudad secular, esta forma de pensamiento histórico lineal dio nacimiento a la "religión" del progreso y a la creencia en el crecimiento económico ilimitado. ¿Moisés no recibió los mandamientos en un cierto lugar y en un tiempo particular, desde entonces irrepetible, y Jesús no predico, hizo milagros y fue crucificado en un tiempo y lugar especifico e irrepetible? ¿No comienza el fin de la historia para los comunistas con la Revolución Bolchevique, y para los liberales con el siglo americano? Esas intervenciones "divinas" en la historia humana nunca podrán repetirse. Eliade resume este punto con las siguientes palabras:

"Bajo la "presión de la historia" y la experiencia profética y mesiánica, una nueva interpretación de los eventos históricos apareció entre los hijos de Israel. Sin renunciar totalmente al concepto tradicional de los arquetipos y las repeticiones, Israel intenta "salvar" los eventos históricos tomándolos como actos de Yahvéh . . . El mesianismo les da un nuevo valor, especialmente al abolir la posibilidad de su repetición ad infinitum. Cuando el Mesías venga, el mundo será salvado de una vez por todas y la historia cesara de existir." (31)

La historia en tanto que gobernada directamente por la voluntad de Yahvéh, funciona como una serie de eventos irrevocables e irreversibles. No solo es descartada la historia, sino que también se lucha contra ella. Pierre Chaunu, un historiador francés contemporáneo, observa que "el rechazo de la historia es una tentación poderosa en aquellas civilizaciones que han emergido del judeocristianismo."(32) En un tono similar, Michel Maffesoli escribe que el totalitarismo ocurre en aquellas naciones hostiles a la historia, y agrega: "Entramos ahora en el reino de la finalidad propicio a la escatología política cuyo resultado es el judeocristianismo y sus herederos profanos, el liberalismo y el Marxismo." (33)

Las observaciones anteriores necesitan algunos comentarios. Si se acepta la idea del fin de la historia, como ha sido propuesta por monoteistas, marxistas y liberales ¿Como puede ser explicado el sufrimiento historico? ¿Como es posible, desde el punto de vista del Marxismo y el liberalismo "redimir" las opresiones, sufrimientos colectivos, deportaciones y humillaciones pasadas que han llenado la historia? Es suficiente decir que este enigma solo subraya la dificultad respecto al concepto de la justicia distributiva en la ciudad secular igualitarista. Si una sociedad verdaderamente igualitaria emerge milagrosamente, será, inevitablemente, una sociedad de elegidos --- de aquellos que, como noto Eliade, han escapado de la presión de la historia simplemente por haber nacido en el tiempo y en el lugar correctos. Paul Tillich noto, hace algún tiempo, que tal igualdad resultaría de una inmensa desigualdad histórica, en tanto que excluiría a aquellos, que durante su tiempo de vida, vivieron en una sociedad desigual, o parafraseando a Arthur Koestler "que perecieron en el magna de la eternidad." (34) Esas frases de Koestler y Eliade ilustran las dificultades de las ideologías salvacionistas modernas que pretenden "detener" el tiempo y crear un paraíso secular. ¿No seria mejor en epocas de crisis retomar la noción pagana del tiempo cíclico? Este parece ser el caso de algunos pueblos europeos del Este, que, en tiempos de crisis o catástrofes, frecuentemente se refugian en el folklore popular y los mitos, que les ayudan, en una forma casi catártica, a superar su situación. Locchi escribe:

"Un nuevo comienzo de la historia es posible. No hay una verdad histórica. Si la verdad histórica existiese realmente no habría historia. La verdad histórica siempre debe ser obtenida; siempre debe ser traducida a la acción. Y este es exactamente el significado de la historia para nosotros." (35)

Podríamos concluir que para los cristianos es la fe en Cristo lo que define el valor de un ser humano, para un judío es el Judaísmo, y para Marx no es la cualidad del hombre lo que define la clase, sino la cualidad de la clase lo que define al Hombre. Uno así se vuelve "elegido" por virtud de su afiliación a una clase o a una religión.

Paganos o Monoteístas: ¿Quien es mas tolerante?

Yahvéh, al igual que sus sucesores seculares, en tanto que portador exclusivo de la verdad, se opone a la presencia de otros dioses y otros valores. Como reduccionista, cualquier cosa que existe mas allá de su jurisdicción debe ser prohibida o destruida. Observamos, que a lo largo de la historia, los creyentes monoteístas han sido empujados, en el nombre de una verdad "superior", a castigar a aquellos que no siguen la dirección asignada por Yahvéh. Walter Scott escribe:

"En muchas instancias la ley mosaica de la retaliación, del "ojo por ojo, diente por diente," fue invocada por los israelitas para justificar las atrocidades que ellos infligieron en sus enemigos ... La historia de las guerras israelitas muestra que los Hebreos eran a menudo los agresores." (36)

Así, en el nombre de la verdad histórica, los antiguos hebreos pudieron justificar la matanza de los cananeos paganos y en el nombre de la revelación cristiana, los reinos cristianos legitimaron las guerras contra judíos, paganos y "herejes." Sin embargo, seria impreciso, en este contexto, negar la existencia de la violencia en los paganos. La destrucción griega de la ciudad de Troya, la destrucción romana de Cartago, claramente apuntan la naturaleza frecuentemente total y sangrienta de las guerras conducidas por los griegos y los romanos. Pero, es importante señalar que no encontramos entre los antiguos la actitud arrogante frente a sus victorias que acompañaba a las victorias cristianas y judías. Los griegos y los romanos nunca intentaron, luego de la derrota de sus oponentes, convertirles a su religión y a sus dioses. A diferencia, tanto el Evangelio como el Viejo Testamento contienen relatos sobre actos de justicia autoindulgente que, luego, justificaran la violencia "redentora" contra los oponentes. Similarmente, en la moderna ciudad secular, la guerra por la democracia se ha convertido en un medio particularmente efectivo para destruir todas las diferentes entidades políticas que rechazan la "teología" del progreso universal y desconocen el credo de la "democracia universal". Para subrayar este punto, Pierre Gripari escribe que el Judaísmo, el Cristianismo, y sus herederos seculares como el marxismo y el liberalismo, son doctrinas barbaras que no pueden tener lugar en el mundo moderno. (60).

Frente a eso, apunta de Benoist que un sistema como el politeísta, que reconoce un numero ilimitado de dioses también reconoce la pluralidad de cultos ofrecidos en su honor, y por sobre todo, la pluralidad de las costumbres, sistemas sociales y políticos, y cosmovisiones de las cuales esos dioses son expresiones sublimes. (37) Como consecuencia de esto, los paganos o creyentes en el politeísmo, son considerablemente menos intolerantes. Su relativa tolerancia es atribuida principalmente a la aceptación de la noción del "tercero excluido" ("der ausgeschlossene Dritte"), así como también de su rechazo del dualismo judeocristiano.

Para comprender el carácter de la tolerancia relativa de los paganos, es interesante mencionar la actitud de los paganos indoeuropeos hacia sus oponentes durante la confrontación militar. Jean Haudry remarca que la guerra para los paganos era conducida según regulaciones estrictas; la guerra era declarada según los rituales que invocaban la ayuda de los dioses y dirigían su enojo contra el adversario. La conducta en la guerra estaba sujeta a reglas bien definidas y consecuentemente "la victoria consistía en romper su resistencia, y no necesariamente en destruir al adversario" (161). En vista del hecho de que el judeocristianismo no permite las verdades relativas, o verdades diferentes y contradictorias, frecuentemente adopta la guerra total contra sus oponentes. Eliade escribe que "la intolerancia y el fanatismo característicos de los profetas y misioneros de las tres religiones monoteístas, tienen su modelo y justificación en el ejemplo de Yahvéh." (38)

¿Cómo la intolerancia monoteísta transpira en la ciudad secular presuntamente tolerante? ¿Cuales son las consecuencias seculares del monoteísmo judeocristiano en nuestra época? En los sistemas contemporáneos, son los indecisos -- es decir, aquellos que no han tomado bando, y que rechazan las escatológicas políticas modernas -- que se han convertido en los blancos de ostracismo o persecución: aquellos que hoy cuestionan la utilidad de la ideología de los derechos humanos, del mundialismo o de la igualdad. En pocas palabras, aquellos que rechazan el credo comunista y liberal.

En conclusión, decimos que, desde el primer momento, el judeocristianismo pretendió demistificar y desacralizar el mundo pagano al sustituir lentamente los antiguos credos paganos con el reino de la Ley Judaica. Durante este proceso bimilenario, el Cristianismo gradualmente removió todos los vestigios paganos que convivieron con él. El proceso de desacralización y "Entzauberung" de la vida y la política no parece haber resultado de la separación de los europeos del Cristianismo, sino de la desaparición gradual de la concepción pagana de lo sagrado que coexistió durante mucho tiempo con el Cristianismo. La paradoja de nuestro tiempo es que Europa esta saturada con la mentalidad judeocristiana en un momento en el que la mayoría de las iglesias y sinagogas están vacías.

Notas:

1. Charles Norris Cochrane, Christianity and Classical Culture (New York: Oxford UP, 1957), 254-55, 329.

2. T. R. Glover, The Conflict of Religion in the Early Roman Empire (1909; Boston: Beacon, 1960), 242, 254, passim.

3. Friedrich Nietzsche, Der Antichrist, in Nietzsches Werke (Salzburg/Stuttgart: Verlag "Das Berlgand-Buch," 1952), 983, para. 21.

4. Pierre Gripari, L'histoire du méchant dieu (Lausanne: L'Age d'Homme, 1987), 101-2.

5. Michel Marmin, "Les Piegès du folklore'," in La Cause des peuples (Paris: édition Le Labyrinthe, 1982), 39-44.

6. Nicole Belmont, Paroles paiennes (Paris: édition Imago, 1986), 160-61.

7. Alain de Benoist, Noël, Les Cahiers européens (Paris: Institut de documentations et d'études européens, 1988).

8. Jean Markale, et al., "Mythes et lieux christianisés," L'Europe paienne (Paris: Seghers, 1980), 133.

9. About European revolutionary conservatives, see the seminal work by Armin Mohler, Die Konservative Revolution in Deutschland, 1919-1933 (Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1972). See also Tomislav Sunic, Against Democracy and Equality: The European New Right (New York: Peter Lang, 1990).

10. See notably the works by Alfred Rosenberg, Der Mythus des 20. Jahrhunderts (München: Hoheneichen Verlag, 1933). Also worth noting is the name of Wilhelm Hauer, Deutscher Gottschau (Stuttgart: Karl Gutbrod, 1934), who significantly popularized Indo-European mythology among national socialists; on pages 240-54 Hauer discusses the difference between Judeo-Christian Semitic beliefs and European paganism.

11. Jean Markale, "Aujourd'hui, l'esprit païen?" in L'Europe paienne (Paris: Seghers, 1980), 15. The book contains pieces on Slavic, Celtic, Latin, and Greco-Roman paganism.

12. Milton Konvitz, Judaism and the American Idea (Ithaca: Cornell UP, 1978), 71. Jerol S. Auerbach, "Liberalism and the Hebrew Prophets," in Commentary 84:2 (1987):58. Compare with Ben Zion Bokser in "Democratic Aspirations in Talmudic Judaism," in Judaism and Human Rights, ed. Milton Konvitz (New York: Norton, 1972): "The Talmud ordained with great emphasis that every person charged with the violation of some law be given a fair trial and before the law all were to be scrupulously equal, whether a king or a pauper" (146). Ernst Troeltsch, Die Soziallehren der christlichen Kirchen and Gruppen (1922; Aalen: Scientia Verlag, 1965), 768; also the passage "Naturrechtlicher and liberaler Character des freikirchlichen Neucalvinismus," (762-72). Compare with Georg Jellinek, Die Erklärung der Menschen-und Bürgerrechte (Leipzig: Duncker and Humblot, 1904): "(t)he idea to establish legally the unalienable, inherent and sacred rights of individuals, is not of political, but religious origins" (46). Also Werner Sombart, Die Juden and das Wirtschaftsleben (Leipzig: Verlag Duncker and Humblot, 1911): "Americanism is to a great extent distilled Judaism ("geronnene Judentum")" (44).

13. David Miller, The New Polytheism (New York: Harper and Row, 1974), 7, passim.

14. Serge Latouche, L'occidentalisation du monde (Paris: La Découverte, 1988).

15. Thomas Molnar, "La tentation paienne," Contrepoint 38 (1981):53.

16. Alain de Benoist, Comment peut-on etre païen? (Paris: Albin Michel, 1981), 25.

17. Alain de Benoist, L’éclipse du sacré (Paris: La Table ronde, 1986), 233; see also the chapter, "De la sécularisation," 198-207. Also Carl Schmitt, Die politische Theologie (München and Leipzig: Duncker und Humblot, 1922), 35-46: "(a)ll salient concepts in modern political science are secularized theological concepts" (36).

18. Gerard Walter, Les origines du communisme (Paris: Payot, 1931): "Les sources judaiques de la doctrine communiste chrétienne" (13-65). Compare with Vilfredo Pareto, Les systèmes socialistes (Paris: Marcel Girard, 1926): "Les systèmes métaphysiques-communistes" (2:2-45). Louis Rougier, La mystique démocratique, ses origines ses illusions (Paris: éd. Albatros, 1983), 184. See in its entirety the passage, "Le judaisme et la révolution sociale," 184-187.

19. Louis Rougier, Celse contre les chrétiens (Paris: Copernic, 1977), 67, 89. Also, Sanford Lakoff, "Christianity and Equality," in Equality, ed. J. Roland Pennock and John W. Chapaman (New York: Atherton, 1967), 128-30.

20. Alain de Benoist, "L'Eglise, L'Europe et le Sacré," in Pour une renaissance culturelle (Paris: Copernic, 1979), 202.

21. Louis Rougier, Celse, 88.

22. Comment peut-on être païen?, 170, 26. De Benoist has been at odds with the so-called neo-conservative "nouveaux philosophes," who attacked his paganism on the grounds that it was a tool of intellectual anti-Semitism, racism, and totalitarianism. In his response, de Benoist levels the same criticism against the "nouveaux philosophes." See "Monothéisme-polythéisme: le grand debat," Le Figaro Magazine, 28 April 1979, 83: "Like Horkheimer, like Ernest Bloch, like Levinas, like René Girard, what B. H. Lévy desires is less `audacity,' less ideal, less politics, less power, less of the State, less of history. What he expects is the accomplishment of history, the end of all adversity (the adversity to which corresponds the Hegelian Gegenständlichkeit), disincarnate justice, the universal peace, the disappearance of frontiers, the birth of a homogenous society . . . "

23. Ernest Renan, Histoire générale des langues sémitiques (Paris: Imprimerie Impériale, 1853), 6.

24. Mircae Eliade, Histoire des croyances et des idées religieuses (Paris: Payot, 1976), 1:369, passim.

25. Jean-Marie Domenach, Le retour du tragique (Paris: édition du Seuil, 1967), 44-45.

26. Jean Haudry, Les Indo-Européens (Paris: PUF, 1981), 68.

27. Hans. K. Günther, The Religious Attitude of Indo-Europeans, trans. Vivian Bird and Roger Pearson (London: Clair Press, 1966), 21.

28. Alain de Benoist and Pierre Vial, La Mort (Paris: ed. Le Labyrinthe, 1983), 15.

29. Giorgio Locchi, "L'histoire," Nouvelle Ecole 27/28 (1975):183-90.

30. Sigrid Hunke, La vraie religion de l’Europe, trans. Claudine Glot and Jean-Louis Pesteil (Paris: Le Labyrinthe, 1985), 253, 274. The book was first published under the title Europas eigene Religion: Der Glaube der Ketzer (Bergisch Gladbach: Gustav Lubbe, 1980).

31. Mircae Eliade, The Myth of the Eternal Return or, Cosmos and History, trans. Willard R. Trask (Princeton: Princeton UP, 1965), 106-7.

32. Pierre Chaunu, Histoire et foi (Paris: Edition France-Empire, 1980), quoted by de Benoist, Comment peut-on être païen? 109.

33. Michel Maffesoli, La violence totalitaire (Paris: PUF, 1979), 228-29.

34. See Paul Tillich, The Eternal Now (New York: Scribner's, 1963), 41, passim. "Shrug of eternity" are the last words Arthur Koestler uses in his novel Darkness at Noon (New York: Modern Library, 1941), 267.

35. Georgio Locchi, et al., "Über den Sinn der Geschichte," Das unvergängliche Erbe (Tübingen: Grabert Verlag, 1981), 223.

36. Walter Scott, A New Look at Biblical Crime (New York: Dorset Press, 1979), 59.

37. Comment peut-on être païen? 157-58.

38. Mircea Eliade, Histoire des croyances, 1:194.

El Dr. Tomislav Sunic escribe desde Croacia y es autor del libro Against Democracy and Equality: The European New Right (American University Studies, Series X, Political Science)

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