Autor: Iolair Faol
Otros nombres: En gaélico escocés: Brid
En galés: Brigitte
En el panteón continental y Bretañas: Brigantia/Brigantu
En la Galia Oriental: Brigindu
Sea cual sea el nombre con la que se la pretenda nombrar, es sin duda la Gran Diosa Madre de todo el panteón pan-celta, pues su influencia llega a todos los rincones donde hayan habido tribus y clanes celtas. Es el poder de la nueva Luna y de la Primavera en la Rueda cíclica de las estaciones.
Quizás en los inicios de las expansiones celtas, fuera otro de los nombres de Dana, madre de todos los Tuatha dé Danaan, aunque luego con la invasión espiritual cristiana, se desvirtuó en esta acepción para convertirse en Santa Brígida.
Como una de las diosas primigenias de los celtas es hija del Buen Padre “El Dagdah”.
Es considerada la suprema deidad de la fertilidad y la inspiración creativa, aunque su veneración llega también a su aspecto guerrero, cuidadora de los nacimientos y de la infancia.
Es una triple diosa, aunque no posee nombres diferenciados en sus aspectos, a no ser el que forma con otras deidades en su versión como Dana.
Quizás tal vez el de la Cailleach escocesa o la Cally Berry de los irlandeses, o la Cailleach Bolus de los galeses, o la Cailleach Corca Duibhne de los córnicos, que representa el aspecto envejecido de la Tríada, pero entre los celtas de Irlanda era venerada tanto por herreros, a los que protegía con sus encantamientos y Artes, por los sanadores/as a los que asistía, ayudándoles con su protección y flujo divino en los partos.
Preside la herbolaria, conociendo como diosa todas las características que se derivan de este Arte.
Para los poetas, era su Musa, como "banfhile", a quienes ofrecía inspiración, abriendo los tenues velos entre los mundos. Ella es identificada numerosas veces como la Awen invocada por los poetas, es decir, bardos, en la tradición celta.
En lo que coinciden todas las variantes célticas es que el fuego es su representante, siendo uno de sus principales atributos. El fuego de la hoguera, el fuego del sol o el fuego del interior de la Tierra, una tríada que de nuevo representa, la generación de la vida y como alegoría de la Diosa en su máximo esplendor.
Como primer fuego se manifiesta en la Tierra haciendo que los rayos del sol favorezcan el crecimiento y despertar de las fuerzas adormecidas y sumergidas: Ella transmuta el clima, en la alquimia de la rueda cíclica, hace que el tiempo riguroso sea cada vez más templado, asistiendo de esta manera la labor humana de cultivo en los campos y en aquellas actividades tribales que son necesarias ejercer en las campiñas.
Brigitt también otorga conocimiento y crecimiento en el interior de nosotros mismos e incluso de nuestras propias tribus, por ello es la “Buena Madre” que ampara, custodia, potencia e inspira todas las tareas creativas, tanto las mentales, como aquellas metafísicas de índole espiritual, sin olvidar las puramente materiales que nuestros hermanos y congéneres puedan expresar.
Tiene la Diosa diferentes animales asociados a su imagen, tales como una vaca blanca, simbolizando con ella su protección hacia el ganado, que antiguamente eran el bien más apreciado para nuestros ancestros celtas, o su aspecto de amamantadora de la tribu, como nutriente de todos los clanes célticos.
La serpiente áspid que representa en ella su arte adivinatorio, vinculada igualmente a los poderes de la Tierra.
Su flor representativa, se dice que es el diente de león, el cual posee muchas propiedades benefactoras para la salud, a la vez que contiene un líquido lechoso que lo vincula místicamente al ganado.
También posee un pájaro mensajero, llamado bridean o brideun (pájaro Brid en Escocia) y giolla Bride (el sirviente de Brid en Irlanda).
En español se traduce como Ostrero que es un pájaro de unos 45 centímetros de largo con el dorso negro y el vientre blanco que se alimenta de lapas y otros mariscos.
Sin embargo, en las áreas de influencia celta continental como fue en las Galias, estaba consagrada a tres estratos en algo, diferenciados de la concepción celta irlandesa. Aún coincidiendo en los aspectos generales de la Diosa, se consideraba más unida a la casta druídica, tanto como musa inspiradora de los druidas bardos, como protectora de la clase militar y aliada de los guerreros que mostraban valentía y osadía en combate. Protectora de la clase productora, de los artesanos, ganaderos y agricultores celtas por poseer los conocimientos, como deidad de los misterios de la Naturaleza, de las Artes y Oficios, que éstos desarrollaban.
En Bretaña era la diosa principal de la confederación de tribus, conocida como brigantes, la Diosa-Tierra, cuya área de influencia de esta confederación, cubría lo que actualmente es la mayor parte del Norte de Inglaterra.
El nombre de Brigit o Brigantia proviene de una raíz que pudiera significar altura como podría ser "briga", aunque su significado, no está totalmente dilucidado, pudo originalmente tener un sentido complejo como una amalgama de simbologías; desde fuerza o poder, respeto, valor hasta incluso colina o ciudad.
Su culto y veneración tiene su punto álgido en la festividad de Imbolc, que es una fiesta de purificación. Marca el inicio de la Primavera celta, en mitad del período Giamos, o periodo oscuro, donde el fuego de Brigantia o de la fertilidad dentro de la Tierra y del sol ganan fuerza conforme los días se alargan.
En su versión cristianizada Brigit, aún rememora su poder ígneo, en el fuego de Kildare que ardiendo en su honor es custodiado por veinte mujeres, herederas de los antiguos ritos celtas.
El talismán que otorgaba la protección de Brigit era la denominada cruz de Brigitt, realizada con diversos materiales y diversas formas. La forma más estimada era una esvástica de cuatro brazos que simbolizaba el ciclo perpetuo de las estaciones y cada uno de sus cuatro brazos representaban las cuatro grandes fiestas del ciclo celta.
También existía una esvástica de tres brazos o triskel que simbolizaba la fuerza triple de la diosa y su influencia entre las tribus celtas. La cruz de Brigida también podía adoptar la forma de la conocida cruz celta, el círculo con la cruz de brazos iguales en su interior.
Otro de los populares talismanes consagrados a la diosa era el denominado Manto de Brigida, que consistía en un trozo de tejido largo o banda que se dejaba a la vista e intemperie, en la Fiesta de Imbolc para absorber el poder de la Divinidad, cuando su presencia se hacía patente durante las ceremonias de la tribu.
Se dice en las tradiciones, que los poderes benéficos del “Brat Bride” o Manto de Brigida duraban siete años, pero aún así era conveniente renovarlo cada año, de la misma manera que la primavera en cada lapso, renueva el poder de la Tierra año tras año.
Hoy nosotros, los seguidores de la espiritualidad celta y druídica, vemos a la diosa Brigitt como la Madre viajera que ha corrido a lo largo y ancho de nuestras Tierras, llevando con ella la buena fortuna y la felicidad a cada uno de nosotros, a nuestros cultivos internos o externos.
Brigitt insufla vida a lo que está muerto y dormido y trae gran consuelo y salud a los nuestros, dando sus bendiciones a aquellas mujeres que la invoquen, pidiendo su protección estando a punto de dar a luz, trayendo a un nuevo vástago con lo que crecerá su entorno y toda nuestras tribu céltica.
Iluminando también con su fuego, su simbología, y su recuerdo, nuestro propio hogar y corazón.
¡Se siempre bienvenida, excelsa dama!
En galés: Brigitte
En el panteón continental y Bretañas: Brigantia/Brigantu
En la Galia Oriental: Brigindu
Sea cual sea el nombre con la que se la pretenda nombrar, es sin duda la Gran Diosa Madre de todo el panteón pan-celta, pues su influencia llega a todos los rincones donde hayan habido tribus y clanes celtas. Es el poder de la nueva Luna y de la Primavera en la Rueda cíclica de las estaciones.Quizás en los inicios de las expansiones celtas, fuera otro de los nombres de Dana, madre de todos los Tuatha dé Danaan, aunque luego con la invasión espiritual cristiana, se desvirtuó en esta acepción para convertirse en Santa Brígida.
Como una de las diosas primigenias de los celtas es hija del Buen Padre “El Dagdah”.
Es considerada la suprema deidad de la fertilidad y la inspiración creativa, aunque su veneración llega también a su aspecto guerrero, cuidadora de los nacimientos y de la infancia.
Es una triple diosa, aunque no posee nombres diferenciados en sus aspectos, a no ser el que forma con otras deidades en su versión como Dana.Quizás tal vez el de la Cailleach escocesa o la Cally Berry de los irlandeses, o la Cailleach Bolus de los galeses, o la Cailleach Corca Duibhne de los córnicos, que representa el aspecto envejecido de la Tríada, pero entre los celtas de Irlanda era venerada tanto por herreros, a los que protegía con sus encantamientos y Artes, por los sanadores/as a los que asistía, ayudándoles con su protección y flujo divino en los partos.
Preside la herbolaria, conociendo como diosa todas las características que se derivan de este Arte.
Para los poetas, era su Musa, como "banfhile", a quienes ofrecía inspiración, abriendo los tenues velos entre los mundos. Ella es identificada numerosas veces como la Awen invocada por los poetas, es decir, bardos, en la tradición celta.
En lo que coinciden todas las variantes célticas es que el fuego es su representante, siendo uno de sus principales atributos. El fuego de la hoguera, el fuego del sol o el fuego del interior de la Tierra, una tríada que de nuevo representa, la generación de la vida y como alegoría de la Diosa en su máximo esplendor.
Como primer fuego se manifiesta en la Tierra haciendo que los rayos del sol favorezcan el crecimiento y despertar de las fuerzas adormecidas y sumergidas: Ella transmuta el clima, en la alquimia de la rueda cíclica, hace que el tiempo riguroso sea cada vez más templado, asistiendo de esta manera la labor humana de cultivo en los campos y en aquellas actividades tribales que son necesarias ejercer en las campiñas.Brigitt también otorga conocimiento y crecimiento en el interior de nosotros mismos e incluso de nuestras propias tribus, por ello es la “Buena Madre” que ampara, custodia, potencia e inspira todas las tareas creativas, tanto las mentales, como aquellas metafísicas de índole espiritual, sin olvidar las puramente materiales que nuestros hermanos y congéneres puedan expresar.
Tiene la Diosa diferentes animales asociados a su imagen, tales como una vaca blanca, simbolizando con ella su protección hacia el ganado, que antiguamente eran el bien más apreciado para nuestros ancestros celtas, o su aspecto de amamantadora de la tribu, como nutriente de todos los clanes célticos.
La serpiente áspid que representa en ella su arte adivinatorio, vinculada igualmente a los poderes de la Tierra.
Su flor representativa, se dice que es el diente de león, el cual posee muchas propiedades benefactoras para la salud, a la vez que contiene un líquido lechoso que lo vincula místicamente al ganado.
También posee un pájaro mensajero, llamado bridean o brideun (pájaro Brid en Escocia) y giolla Bride (el sirviente de Brid en Irlanda).En español se traduce como Ostrero que es un pájaro de unos 45 centímetros de largo con el dorso negro y el vientre blanco que se alimenta de lapas y otros mariscos.
Sin embargo, en las áreas de influencia celta continental como fue en las Galias, estaba consagrada a tres estratos en algo, diferenciados de la concepción celta irlandesa. Aún coincidiendo en los aspectos generales de la Diosa, se consideraba más unida a la casta druídica, tanto como musa inspiradora de los druidas bardos, como protectora de la clase militar y aliada de los guerreros que mostraban valentía y osadía en combate. Protectora de la clase productora, de los artesanos, ganaderos y agricultores celtas por poseer los conocimientos, como deidad de los misterios de la Naturaleza, de las Artes y Oficios, que éstos desarrollaban.
En Bretaña era la diosa principal de la confederación de tribus, conocida como brigantes, la Diosa-Tierra, cuya área de influencia de esta confederación, cubría lo que actualmente es la mayor parte del Norte de Inglaterra.
El nombre de Brigit o Brigantia proviene de una raíz que pudiera significar altura como podría ser "briga", aunque su significado, no está totalmente dilucidado, pudo originalmente tener un sentido complejo como una amalgama de simbologías; desde fuerza o poder, respeto, valor hasta incluso colina o ciudad.
Su culto y veneración tiene su punto álgido en la festividad de Imbolc, que es una fiesta de purificación. Marca el inicio de la Primavera celta, en mitad del período Giamos, o periodo oscuro, donde el fuego de Brigantia o de la fertilidad dentro de la Tierra y del sol ganan fuerza conforme los días se alargan.
En su versión cristianizada Brigit, aún rememora su poder ígneo, en el fuego de Kildare que ardiendo en su honor es custodiado por veinte mujeres, herederas de los antiguos ritos celtas.
El talismán que otorgaba la protección de Brigit era la denominada cruz de Brigitt, realizada con diversos materiales y diversas formas. La forma más estimada era una esvástica de cuatro brazos que simbolizaba el ciclo perpetuo de las estaciones y cada uno de sus cuatro brazos representaban las cuatro grandes fiestas del ciclo celta. También existía una esvástica de tres brazos o triskel que simbolizaba la fuerza triple de la diosa y su influencia entre las tribus celtas. La cruz de Brigida también podía adoptar la forma de la conocida cruz celta, el círculo con la cruz de brazos iguales en su interior.
Otro de los populares talismanes consagrados a la diosa era el denominado Manto de Brigida, que consistía en un trozo de tejido largo o banda que se dejaba a la vista e intemperie, en la Fiesta de Imbolc para absorber el poder de la Divinidad, cuando su presencia se hacía patente durante las ceremonias de la tribu.
Se dice en las tradiciones, que los poderes benéficos del “Brat Bride” o Manto de Brigida duraban siete años, pero aún así era conveniente renovarlo cada año, de la misma manera que la primavera en cada lapso, renueva el poder de la Tierra año tras año.
Hoy nosotros, los seguidores de la espiritualidad celta y druídica, vemos a la diosa Brigitt como la Madre viajera que ha corrido a lo largo y ancho de nuestras Tierras, llevando con ella la buena fortuna y la felicidad a cada uno de nosotros, a nuestros cultivos internos o externos.
Brigitt insufla vida a lo que está muerto y dormido y trae gran consuelo y salud a los nuestros, dando sus bendiciones a aquellas mujeres que la invoquen, pidiendo su protección estando a punto de dar a luz, trayendo a un nuevo vástago con lo que crecerá su entorno y toda nuestras tribu céltica.
Iluminando también con su fuego, su simbología, y su recuerdo, nuestro propio hogar y corazón.
¡Se siempre bienvenida, excelsa dama!
Iolair Faol

Oðinn, Wottan o Woden, era el más alto y más sagrado de los dioses de las razas nórdicas. Él era el espíritu omnipresente del universo, la personificación del aire, el dios de la sabiduría y la victoria universal, y el líder y protector de príncipes y héroes. Ya que se suponía que todos los dioses eran descendientes suyos, se le apellidó Allfather (padre de todo) y entre los más ancianos y principales de ellos, él ocupaba el asiento más elevado en Asgard. Conocido como Hlidskialf, este asiento no era sólo un trono elevado, sino también una torre de vigía, desde la cual él podía observar todo el mundo y ver de un solo vistazo todo lo que sucedía entre los dioses, gigantes, elfos, enanos y hombres.
Cuando se sentaba sobre su trono, o se encontraba pertrechado para la batalla, en cuyo caso descendía hasta la Tierra para participar en ella, Oðinn llevaba su casco de águila. Sin embargo, cuando deambulaba tranquilamente sobre la tierra con apariencia humana, para ver lo que hacían los hombres, se ponía generalmente un sombrero de ala ancha, con el cual tapaba su frente para ocultar el hecho de que sólo tenía un ojo.
Cuando Oðinn participaba en la guerra, solía montar en su corcel gris de ocho patas, Sleipnir y portar su escudo blanco. Su lanza, arrojada por encima de las cabezas de los combatientes, era la señal para comenzar la contienda, tras lo cual se precipitaría en medio de las filas emitiendo su grito de guerra: "¡Oðinn los tiene a todos!"
El dios aceptó sin dilaciones y se arrancó uno de sus ojos, el cual Mimir lo guardó como garantía, hundiéndolo en las profundidades de su manantial. Bebiendo abundantemente de las aguas, Oðinn se hizo con el conocimiento que ansiaba, sin lamentar jamás el sacrificio que había hecho, pero en memoria de aquel día arrancó una rama del árbol sagrado Yggdrasil, que daba sombra al manantial y fabricó con ella su lanza Gungnir.
El Vafthrundismál es un registro de una competición de destreza y ciencia entre el dios y el gigante Vafthrundir, famoso por lo profundo de sus conocimientos. El poema comienza con una conversación entre Oðinn y su esposa Frigg, donde éste le pide un consejo que no está dispuesto a aceptar. ¿Debe visitar al gigante para averiguar cuánto sabe? Frigg espera que su esposo regrese a salvo y éste emprende su viaje disfrazado de viajero. Cuando es llevado ante el gigante, se presenta con el falso nombre de Gagnrad. Vafthrundir le interroga brevemente y le considera como hombre de conocimientos y le propone una competición: se probarán mutuamente sus habilidades. Quien pierda, perderá su cabeza. Entonces Gagnrad empieza preguntándole al gigante sobre los orígenes del mundo, la naturaleza de los dioses y el fin de todas las cosas. El gigante responde con destreza, hasta que Gagnrad hace trampa con su última pregunta: ¿Qué le susurró Oðinn al oído de su hijo Balder cuando el dios muerto estaba siendo puesto en la pira funeraria? Sólo Oðinn sabía la respuesta, por lo que el gigante se da cuenta de que ha sido burlado.
Oðinn fue quien robó las runas, el primer alfabeto que utilizaron las naciones nórdicas, cuyos caracteres, que significaban misterio, fueron al principio utilizados para la adivinación y conjuros poderosos, aunque posteriormente sirvieron para hacer inscripciones. Ya que la sabiduría podía ser obtenida sólo a costa de sacrificio, el mismo Oðinn relata que estuvo suspendido nueve días y noches del árbol sagrado Yggdrasil, contemplando las inconmensurables profundidades de Niflheim, sumergido en profundos pensamientos, llegando a herirse a sí mismo con su lanza, antes de adquirir el conocimiento que deseaba.
Se pensaba que si alguien era lo suficientemente sacrílego como para unirse al griterío salvaje con burla, sería arrebatado y arrastrado junto con la desvaneciente multitud, mientras que aquellos que se unían al griterío con implícita buena fe, serían recompensados con el regalo inmediato de una pata de caballo que sería arrojada hasta ellos desde arriba, la cual, si era guardada cuidadosamente hasta el amanecer, sería transformada en un lingote de oro.